Desde que ví esta receta en el blog La cocina de Rebeca, tenía que hacerla. La prepararé para acompañar a unas croquetas de queso de cabra que servimos de aperitivo en fin de año y la verdad, es una auténtica maravilla: un sabor delicioso que combina muy bien con el queso y que tengo que probar con carne o por ejemplo con un buen lomo de bacalao.

Os dejo la receta tal y como la seguí por que tanto la cantidad de azúcar como la de vinagre, resulta perfecta.

Ingredientes (para 1 tarro mediano):

Preparación:

Lavaremos y secaremos los pimientos. Quitamos el tronco, las pepitas y los nervios (tiras de color blanco). Los cortamos  en cuadritos pequeños y los pesamos. Es importante que la referencia del peso sea ésta y no la de los pimientos enteros, que pesan más.

Pondremos los trozos de pimiento en una cacerola y añadimos el azúcar, el vinagre y el agua. Remueve y pon a fuego medio.

Dejamos que cueza durante 30 minutos aproximadamente o hasta que se consuma casi todo el líquido, removiendo de vez en cuando. 

Trituramos la mezcla dejando una crema fina y, si quedan muchas pielecitas, podemos pasarla por un colador. Si el pimiento está muy blandito y todavía queda líquido en la cacerola, tienes que escurrirlo un poco antes de triturarlo, porque si no, no quedará con textura de mermelada. Pero no tires el líquido, por si quedara muy espeso al batir.

Y ya tenemos lista nuestra deliciosa mermelada. Espero que os atreváis a probarla y me lo contéis.